Según un estudio publicado recientemente, los adolescentes  moderadamente activos queman más calorías y metabolizan el azúcar en sangre de  manera más eficiente que aquellos sedentarios, por lo que se encontrarían  más protegidos frente a la diabetes mellitus tipo 2 (DM2). Como es sabido, la  DM2 está íntimamente relacionada con la obesidad, y numerosos estudios recogidos  en la bibliografía habían confirmado que el ejercicio regular puede prevenir o  retrasar su aparición en adultos. Este estudio es el primero que demuestra  lo mismo en los jóvenes. Para llevarlo a cabo, se colocaron acelerómetros,  pequeños dispositivos que se llevan en la cadera y registran el movimiento del  cuerpo a lo largo del día, en 32 varones y mujeres adolescentes.
 Los expertos hallaron que los adolescentes que eran moderadamente activos  durante una semana tenían, por lo general, mayor metabolismo en los  momentos de descanso que aquellos que eran más sedentarios. Además,  esos chicos habían obtenido mejores resultados en las pruebas de  tolerancia a la glucosa, una medición sobre cuán bien metaboliza el  cuerpo los carbohidratos. Las personas con problemas de tolerancia a la glucosa  desarrollarían diabetes. Los investigadores concluyeron que el ejercicio  regular podría ayudar a proteger a los adolescentes tanto de la obesidad como de  la diabetes tipo 2.
 
 
